El día de
ayer comencé un proyecto del que tenía ganas y no me había animado. Propuse en
la oficina la creación de un círculo de lectura.
Había
platicado con algunos de mis compañeros y a todos les parecía una buena idea,
pero la verdad es que ya me la sé, te dicen que es buena idea y a la mera hora
de la hora nadie va. Pero como la derrota definitiva es no hacer nada decidí
mandarle un correo a Recursos Humanos para ver si apoyaban la idea. La
respuesta tardó en llegar pero fue favorable. Fue incluida como una iniciativa
de bienestar en el área laboral (que dicho sea de paso, mi empresa se preocupa
mucho por que estemos contentos en el trabajo).
Mandé la
invitación, preparé la información apoyado en una presentación que Raquel, mi
esposa, tenía de sus diversos círculos de lectura. Agregue cosas aquí y allí,
quite otras, copie íntegras otras tantas y quedó. Ya sólo quedaba esperar.
Según yo iba a tener un cuórum de 5 personas.
Pero dieron
las 4 pm y seguía llegando la gente. Más de 40 personas se presentaron a
escuchar la propuesta, unas 30 se quedaron hasta el final y propusieron no uno,
sino dos grupos de círculo de lectura.
¡Qué
emoción! Realmente no me esperaba la respuesta de la gente. La gente que le
gusta la lectura era bastante y los que querían comenzar estaban deseosos de
darle a la actividad una oportunidad.
Vamos a ver
a donde nos lleva… por lo pronto es hora de compartir un poco el gusto por los
libros
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