05 octubre 2012

VALFIERNO

Título: Valfierno
Autor: Martín Caparrós (Buenos Aires, Argentína, 1957)
Editorial: Planeta
País: Argentina
Fecha de la primera edición: 2004


Si pudieras robar el cuadro más famoso del mundo, ¿qué harías con él? ¿Dónde lo pondrías? ¿A quién se lo dirías?

Desde luego estamos hablando de la Monalisa o Gioconda de Leonardo DaVinci, que se está exhibido en el Louvre detrás de un vidrio grueso y opaco. La gente que lo va a ver no puede sacar fotografías con flash, pero como siempre hay alguien que falta a las reglas, han colocado sensores que,en cuanto se sienten dos o tres flashes, la luz que revela el cuadro se apaga por unos segundos causando que el resto de la gente se moleste y tengan que esperar a que se encienda nuevamente la luz para poder admirarla.

Pero esto no siempre fue así. A principios del siglo XX la famosa pintura no se encontraba detrás de un vidrio grueso, el Louvre no tenía las pirámides de cristal, las alarmas no eran tan sofisticadas, no había sensores de movimientos y nadie esperaba que realmente se la robaran.

En 1911 un ex-ebanista del Louvre, Vicenzo Perugia, de nacionalidad italiana robó la Monalisa, a decir suyo, porque sentía indignación que este tesoro italiano se encintrara en manos de los franceses. Tras pasar más de dos años debajo de su colchón hizo un intento por regresarla a Italia, donde fue capturado y encarcelado. Salió al poco tiempo debido a la presión del populacho, quien lo aclamaba como un héroe nacional. Nunca hizo nada más en su vida. Puso un pequeño negocio de materiales de construcción y ahí se quedó, aburrido como ostra y contando a todo aquel que se dejara la historia de cómo la había robado.

Sin embargo el sólo fue el autor material del robo. El autor intelectual fue un estafador que se hacía llamar el Marqués Eduardo de Valfierno.

El libro trata de la posible vida de este personaje, quien a ciencia cierta no se sabe quien es. El autor, Martín Caparrós,  toma como narrador al periodista Charles Becker quien un buen día recibe en la habitación de un hotel la vista de Valfierno. Este le pide que escriba la verdadera historia de cómo fue robada la Monalisa, y no solo eso, sino el porqué del robo, ya que no se trataba de ningún acto de nacionalista italiano. El falso marqués cuenta su historia y le pide al reportero que no la divulgue hasta que el esté muerto, o se lo autorice, y para tal efecto el “Marqués” mandará una carta en el día del aniversario de su encuentro. Si deja de recibir esa carta podrá publicar la increíble historia que hoy es un muy buen libro.

La historia también habla de la presunta vida del falso marqués quien hace su aparición en la sociedad argentina, ávida de personajes galantes y de realeza. Valfierno vive de vender cuadros falsos que pinta un copista llamado Yves Chaudron, cuya maestría termina por levantar sospechas, no de que los cuadros son falsos, sino robados y revendidos como mercado negro. Así Valfierno tiene que huir a Paris, donde sigue viviendo de ese personaje ficticio y planea una nueva estafa, quizá una de las más grandes de la historia.

Resulta muy curioso, pero nada sorpresivo, que el autor del libro, Martín Caparrós, haya tomado a Eduardo de Valfierno como inspiración del libro que ganara el premio Planeta en el 2004. Caparrós nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1957. Comenzó su carrera periodística en el desaparecido diario Noticias en 1973. Entre 1976 y 1983 vivió el exilio en París (al igual que Valfierno) donde se licenció en Historia en la Sorbona. Ha dedicado más de 30 años a la escritura y ha hecho novela y crónica. Sus temas tratan de la dictadura en Argentina, de la vida en Europa, de sus viajes y vivencias. Así sucedió con su libro “El Interior” (2005) en donde se subió a un Renault y comenzó a viajar por toda Argentina.



Al final, el lo que quiere es contar las cosas. En una entrevista para eBlog (www.eblog.ar) comentaba: “Por momentos tengo la sensación de que ya escribí suficientes crónicas. Y en algún momento pensé que esta de El Interior iba a ser como mi última crónica. Que ya está bien, que ya hice lo que tenía que hacer en ese campo. Y que cuando terminara esto iba a terminar con este género. No estoy tan seguro de que lo haga, porque me da un poco de pena, porque después siempre aparece algo que me dan ganas de contar. Sería tonto cerrar una puerta, ¿para qué? Pero un poco tengo esa sensación, como que si sigo haciendo esto voy a empezar a repetirme más de lo que me gustaría”.

Y por ese gusto de contar las cosas, nos trae un relato que arranca sonrisas ante el ingenio de las situaciones, que gusta por la naturalidad de sus diálogos y que sorprende a quién aun no conoce la historia del cuadro.

Prometo, a quién decida leerlo, que no se va a arrepentir de dedicarle algunas horas a Matrín Caparrós y a su Gioconda.

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